El ruido se define generalmente como un “sonido inarticulado, por lo general desagradable”. Y es justamente sobre eso que hablaremos en esta entrada, buscando comentar algunos aspectos a cuidar para evitar la contaminación sonora en la industria y mejorar, por lo tanto, los espacios de trabajo que usamos a diario.
En primer lugar, sabemos que el trabajo industrial genera en gran medida y de forma casi que inevitable una importante cantidad de ruido. Tan solo el encendido y la puesta en marcha de cualquier carretilla o máquina ya empieza a contaminar de forma sonora el espacio de trabajo. Luego, los ruidos en la carga y descarga de grandes objetos y de mercadería, el manejo de las diversas herramientas y hasta la conversación de las personas… todos son aspectos que suman “sonidos inarticulados” en un espacio de trabajo, y que no podemos ignorar.
Por lo tanto, más allá de que sabemos muy bien que hay ruidos que son inherentes al propio funcionamiento diario y que resultan inevitables, sí podemos generar un cambio de importancia y una verdadera mejora es en la forma en la cual naturalizamos esas situaciones y cómo actuamos en consecuencia.
Así, resulta clave la orientación y capacitación del personal en estas cuestiones. Será fundamental que los integrantes de la organización comprendan el impacto que tienen los ruidos molestos sobre la salud, para luego ser cuidadosos y tratar de impactar mucho menos en ese aspecto. Además, es de una importancia primordial que sepan cuidarse de los fuertes ruidos y medir su exposición ante los mismos.
Debemos tener presente que los ruidos pueden generar problemas de salud crónicos, y que, a la misma vez, el hecho de estar expuesto a niveles elevados de ruidos puede terminar causando la pérdida del sentido de la audición.
En tanto, también es importante acudir a los profesionales indicados de modo tal de identificar, con las herramientas adecuadas, los principales puntos y elementos generadores de ruidos molestos, para luego empezar a trabajar sobre ellos y encontrar la mejor forma de minimizar su impacto en la atmósfera laboral.
Una forma sencilla de medir el ruido en una industria es ponerse a un brazo de distancia de otra persona y comenzar a hablar. Si realmente no es posible mantener una conversación en un tono normal y es necesario gritar para poder entender qué es lo que se dice, ahí ya vamos a contar con un indicador de que es necesario bajar los niveles de ruido de ese lugar.
Una situación de altos ruidos también puede ser peligrosa porque, por ejemplo, un operario podría no escuchar a un compañero de tareas cuando este le dé un aviso de emergencia o le quiera advertir una situación urgente.
También es importante dotar a los operarios del equipamiento necesario para protegerse: pueden ser tapones u orejeras para frenar los sonidos más intensos en su espacio de trabajo, aunque también estos métodos son señalados por los expertos como los menos eficientes, a la vez que se recomienda trabajar -como prioridad- sobre la causa inicial del ruido, y los demás aspectos antes señalados.
Si usted quiere tener más información sobre este tema o sobre cualquiera de los productos que desarrollamos, no dude en contactarnos, estamos para ayudarlo.