Sabemos que sin esfuerzo no hay logros posibles. Conocemos de cerca el cansancio y el peso de las responsabilidades que nuestras rutinas de trabajo nos generan, y con orgullo podemos decir que superamos un montón de dificultades para ser mejores en nuestras tareas. Sin embargo, no por eso hay que descuidar nuestra salud ni la de nuestros compañeros de trabajo. Por lo tanto, les brindaremos algunos consejos para hacer de nuestro espacio laboral un lugar mucho más saludable y disfrutable para todos.
En primer lugar, es fundamental fomentar en nuestros equipos una alimentación saludable. Incluir frutas y verduras en la dieta es una contribución clave para una mejor calidad de vida. Tomar agua, evitar los refrescos o bebidas cola, evitar los snacks y los alimentos altos en grasas o azúcares también son medidas centrales a impulsar.
Como segundo punto, el combate al tabaquismo es otra estrategia de gran importancia, puesto que está comprobado el daño que causa esa adicción sobre la salud. Para eso, se recomienda trabajar en campañas internas de educación sobre el tema, a la vez que se pueden extender las áreas libres de humo y fijar espacios limitados para fumadores.
En tanto, se recomienda generar políticas que inviten al personal a la realización de deporte o actividades físicas y aeróbicas en general. Por ejemplo, algunas firmas logran acuerdos con gimnasios cercanos a sus instalaciones para brindar descuentos a sus funcionarios, o incluso hay quienes generan torneos deportivos internos, entre compañeros, de modo de fomentar el ejercicio y construir buenos vínculos.
Todo esto no solo ayuda a liberar estrés, sino que también colabora con un mejor funcionamiento del cerebro. A la vez, los expertos aconsejan, entre otras cosas, la creación por parte de las firmas de programas preventivos en Salud Ocupacional. Combatir el estrés laboral, la depresión o el mal relacionamiento, deben ser prioridades.
Mientras tanto, en el día a día es importante atender las tareas que se brindan a los operarios: hay que evitar dar una carga de trabajo que ponga a la persona en un espacio de responsabilidades demasiado monótono y limitado, que le impida tener contacto social o relacionamiento con sus compañeros y que no lo deje aplicar su creatividad.
En igual sentido, es importante que en las asignaciones de tareas no se generen conflictos de roles, mediante los cuales la persona podría terminar con varias responsabilidades sobre sus espaldas, sin ser las mismas compatibles con su área de trabajo o acordes a su especialidad o carga horaria prevista. Tener claras las estructuras jerárquicas, también ayudará a un funcionamiento más armónico y ordenado.