La industria es el segundo sector que más energía consume, solo por detrás del transporte. En ese sentido, y en un mundo donde las formas de generar y consumir energía están cada día más bajo la lupa, para los actores de la industria se hace imperioso hablar y entender más sobre el ahorro energético en el sector.
Y, en primer lugar, debemos comprender que se trata de un tema en el que confluyen aspectos económicos, pero también medioambientales y sociales. Así, mientras hay consenso sobre la necesidad de acabar con la dependencia del petróleo y los combustibles fósiles, también se observa que las manufacturas son las responsables de más del 20% de las emisiones de gases nocivos en el planeta, y las empresas cada día requieren un mayor consumo energético para satisfacer sus necesidades operativas.
¿Pero de qué hablamos cuando nos referimos a la eficiencia energética?
En términos generales, cabe señalar que la eficiencia energética es el uso eficiente de la energía, es decir, ser conscientes del consumo que realizamos y hacer que éste tenga el menor impacto posible en el medioambiente. La eficiencia energética de una empresa debería, por lo tanto, apuntar a proteger el entorno en el que vivimos, haciéndolo mediante la reducción de la intensidad energética y habituando el consumo de la actividad empresarial a lo realmente necesario y nada más.
¿Y en qué nos beneficia el ahorro energético?
Los beneficios asociados a la eficiencia energética son múltiples. A continuación, mencionamos algunos de los más destacados:
- Importantes ahorros económicos: Al reducir el consumo, estaremos logrando también reducir los costos de la factura energética.
- Mejora de la competitividad: En igual sentido, si logramos disminuir los costes de producción, estaremos aumentando el beneficio económico de la empresa. Y ese beneficio se podrá invertir, por ejemplo, en personal, en I+D para impulsar la competitividad de la empresa en el mercado o en seguridad y salud ocupacional, entre otras tantas posibilidades.
- Reducción de impacto ambiental: Al minimizar el consumo energético, también estaremos minimizando la emisión de gases nocivos para la atmósfera. De este modo, se contribuye a mejorar la salud del planeta y de las personas, tanto para la sociedad del presente como para las generaciones venideras.
- Responsabilidad y compromiso ambiental y social: A través de la implementación de medidas orientadas a una mayor eficiencia energética, la empresa pondrá de manifiesto su compromiso y su responsabilidad social corporativa, logrando fortalecer su posicionamiento e imagen de marca ante los diversos públicos clave.
- Cumplimiento de leyes: La eficiencia energética también se ha convertido en una exigencia institucional. Así, apostar por la eficiencia y el ahorro, permitirá evitar las elevadas sanciones económicas tipificadas en caso de incumplimiento.
Algunos consejos para ahorrar energía en la industria.
En Claitec creemos que es necesario e impostergable apostar por acciones que permitan avanzar hacia un futuro más sostenible. Por eso, ofrecemos una serie de consejos que ayudarán a tomar medidas de ahorro energético en fábricas o plantas de producción:
- Iluminación: Aprovechar la luz natural y sustituir las bombillas de alto consumo por iluminación LED, así como la integración de temporizadores y sensores que se ajusten a sus usos solo en el momento requerido, pueden ser una fuente de notable ahorro.
- Sistemas de climatización: Instalar equipos de calefacción y aire acondicionado de bajo consumo, con opciones de monitorización, entre otros, permitirá optimizar el consumo en un aspecto clave y reducir así la factura energética.
- Aislamiento: Resultará fundamental seleccionar el aislante adecuado para que las paredes, suelos y techos de las instalaciones puedan aprovechar de la mejor manera el uso de los sistemas de climatización, ya sea para controlar frío o calor.
- Energía eficiente: En el mercado existen fuentes de energía eficientes y adaptadas al intenso consumo energético de las industrias y de los entornos de fabricación. Esta energía permitirá reducir costes de operación e impulsar el rendimiento a través de un sistema fiable y sin límite de potencia.
- Hábitos de consumo: Divulgar la cultura del ahorro energético entre los colaboradores de cada empresa permitirá estandarizar, en las instalaciones, los hábitos de consumos racionales y eficientes, logrando así mejores resultados, ya que en este tema los pequeños gestos pueden conseguir grandes ahorros.
- Tecnología e innovación: Sustituir equipamiento y maquinaria antigua por equipos de mayor rendimiento, en producción y tiempo, puede ayudar a reducir el consumo.
Ahorro y eficiencia, objetivos de una industria más sostenible.
Para concluir, vale subrayar que la eficiencia energética no es una moda o un fenómeno puntual. Las instituciones ya tomaron posición y exigen a la industria que trabaje para minimizar su impacto medioambiental y para garantizar la sostenibilidad de los recursos.
En ese marco, los grandes consumidores deben ser consecuentes. Elegir un buen suministro energético, eficiente y sostenible, se convierte en un factor fundamental para desarrollar con éxito cualquier proceso de fabricación o transformación industrial.
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